sábado, 31 de mayo de 2008

Esos próximos inciertos del viaje cotidiano...

Al tener una rutina, lo más probable es que viajemos a diario con personas que no conocemos, a las que jamás les hemos dirigido una palabra, pero sabemos que existen. Incluso, cuando no las vemos, nos preguntamos por ellas. Por supuesto, no tenemos ni la menor idea de cómo se llaman ni qué hacen ni a dónde van, pero sabemos que se llaman, que algo hacen, y que se dirigen a algún lugar. No es extraño verme un jueves preguntándome por "el pelado", "rulos" o "el desquiciado". Es más, hasta tengo mis teorías de parentesco entre rulos padre y rulitos hijo. "Algún día les voy a preguntar", miento.
Lo que me da mucha impresión y culpabilidad ante mi inevitable risa son los tics.
Abre un ojo, cierra el otro, saca la lengua, sube y baja la cabeza: todo eso para tocar el timbre. No una sino dos y hasta tres veces antes de bajarse en Unicenter.
Otro que habla y habla y andá a saber qué estará diciendo, y nunca falta el chico "cool" que canta las canciones de celular muy ávidamente, moviendo sus piernas al son de la música como queriendo percusionar sobre la marcha el ritmo en cuestión.
Otro tic de tipo escatológico es el del médico de parque Chas, que se para cada viernes a la misma hora en el mismo lugar a urgar impunemente su nariz como si nadie lo estuviera mirando.
Ch! Chh!! si... a ustedes, ambulantes distraídos, inmersos en sus canciones y pensamientos, envueltos en papel de boleto y golosina, les tengo una mala noticia: siempre hay alguien mirando... No estamos solos en la ciudad, aunque lo parezca.

1 comentario:

mentola dijo...

hola... soy de las 11 :)
gracia spor pasar..no esperaba visitas jajaja,

suerte


mel

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